A partir de la dinastía XIII Egipto conoce una época de desorden y disgregación social. Muchos extranjeros asiáticos se aprovecharon de la situación para infiltrarse de forma gradual en el país del Nilo, donde consiguieron alcanzar cargos militares o trabajar en la artesanía y el comercio. Este hecho preparó el marco que condujo a la ocupación violenta del país por estos asiáticos, conocidos como los hicsos, que gobernarán durante dos siglos e impondrán una dinastía.
El origen de los hicsos, así como su significado y su permanencia en el territorio han supuesto y aún son una fuente de estudio e investigación. En cualquier caso, la llegada de estos pueblos extranjeros provocó un cambio muy drástico en la sociedad, en la historia y en la cultura del pueblo egipcio, que hasta entonces no había sufrido cambios ya que el imperio se había mantenido aislado al resto del mundo.
Comenzó la Dinastía , al parecer, con Sobek-Hotep I. Sejemra-Jutavy o Ugaf al que suceden una serie de faraones de nombres desconocidos, a veces efímeros, cuyo número varia según las fuentes.
Según Manetón, estos faraones eran de origen tebano y trataron de legitimar su ascensión al trono tomando el nombre de faraones anteriores.
A la inestabilidad de la persona de los faraones se oponía en esta Dinastía la estabilidad del cargo de los visires, que solian durar largo tiempo en el gobierno. En esta época, fué numerosa la presencia de asiáticos en el Delta y la creciente importancia del ejército. Poco después de la ascensión al trono de Sobek-Hotep IV se produjo la denominada invasión de los hicsos.
Los faraones más destacados de esta dinastía fueron:
Uegaf (1782-1778) Ameny Inyotef IV (?-1760) Hor (h.1760) Sebekhotep II (h.1750) Jendyer (h.1747) | Sebekhotep III (h.1745) Neferhotep I (1741-1730) Sebekhotep IV (1730-1720) Ay (h.1720) Neferhotep II |