Escultura:
En la dinastía XII se observa unidad de estilo de bastante calidad y con modelos comunes. En la figuración oficial domina verdadero arte en los dibujos y jerogíficos que muchas veces son representación del Alto y Bajo Egipto, del rey y de la divinidad.La autentica innovación fueron las estatuas cúbicas que surgen de las investigaciones geométricas del Primer período Intermedio.
En la representación de los faraones no se aprecia la majestuosa paz que caracterizó al Reino Antiguo. Por ejemplo, la representación de Sesostris III aparenta a un hombre cansado, triste y preocupado (no a un rey sereno). Aunque hay que considerar que el retrato de Sesostris III es único en la escultura del Reino Medio, no igualado por ningún otro conocidode esta época, indica la tentativa de algunos artistas de romper con los convencionalismos y esquemas de rigor, ya que la nota general es de "academicismo clásico y frío como se observa en las estatuas de faraones Mentuhotep I y Sesostris I y sobre todo en las representaciones de funcionarios.
Pintura:
Las proporciones de las pinturas generalmente tienen proporciones superiores a las realizadas en el Reino Antiguo. Existe una transformación esquemática, las composiciones son más densas y las figuras ocupan menos espacio.Destacan en las pinturas de las tumbas las escenas naturales y figuras de animales entre campos de papiro y loto, verdaderas precursoras del posterior estilo ameniense.
Orfebrería y otras artes menores:
La técnica de orfebrería se perfeccionó alcanzando resultados muy notables como los pectorales de Sesostris II y de sus hijas encontrados en Dashur, de excepcional trabajo en esmalte y oro.Una bella obra de orfebrería, encontrada en Dashur, es la diadema de la princesa Chumet, con 156 florecitas de oro, cornalina, turquesa, lapislázuli y pasta vitrea con 128 bolitas de oro de un milímetro de diámetro.
Otra obra magistral son los pectorales de la reina Mereret de oro y piedras duras, también encontrados en Dashur.
La cerámica y recipientes de piedra son compactos, similares a las jarras globulares del Reino Antiguo. Destacan los vasos en mármol azul (azurita que únicamente se utilizó en el Reino Medio) que demuestra una gran fantasía. Las vasijas esmaltadas con barniz cobrizo estaban en uso ya desde la dinastía XII.
La más bella obra es la representación de una mujer dando de mamar a su hijo, de procedencia desconocida (se conserva en Berlín).
Posiblemente la llegada de los hicsos y los nuevos desórdenes por las invasiones, dieron lugar a un nuevo estancamiento en la evolución del arte egipcio, por lo que no pudo alcanzar su plenitud.
Según algunos historiadores, los hicsos no sólo intentaron destruir los monumentos, sino que los usurparon aplicándoles sus propios nombres, revelándose incapaces de dar un nuevo impulso al desarrollo del arte y la cultura.